domingo, 17 de mayo de 2015

Entrenamiento Mental

Psicóloga Deportiva Liza Portalanza

Respeto y Solidaridad

Si bien prefiero mantenerme al margen de opinar sobre ciertos temas, esta vez no puedo.

Lo haré por la convicción que tengo del deporte como una herramienta y vía para el desarrollo de los seres humanos y de la humanidad. Donde el vencerse a sí mismo, el luchar por un objetivo común o individual se vuelve un motor de vida y de desarrollo.

El tener un rival no es algo de odio personal, es un reto que nos invita a dar todo lo que tenemos y que ese otro nos de la oportunidad de descubrir nuestro máximo potencial, es por esto que merece respeto.

Es un aliado en la búsqueda de nuestro perfeccionamiento, nuestro colega de avance y de superación.

Qué sería de los grandes deportistas y de los grandes equipos sin sus grandes rivales?.

Qué sería del Barça sin el Real Madrid, de Federer sin Djockovic o sin Nadal o viceversa?.

Qué sería de nosotros los aficionados sin uno de ellos?

Qué sería de Boca sin River? Y aquí llegamos al punto de este artículo.


Hace unos días en el "súper clásico argentino" se dio un hecho lamentable, del cual no pretendo hacer leña pues pasa y ha pasado en varios países, solo haré unas reflexiones.




Si lo que queremos es erradicar la violencia, no hay que esperar 1 hora para suspender el partido, si hay deportistas afectados puede haber una valoración médica que lo confirme. Si nos importan nuestros deportistas no debemos pretender que jueguen cuando evidentemente están afectados (lagrimeo y marcas rojas en la piel causada por una agresión de la que fuimos testigos). Si nuestros colegas han sido afectados en nuestra casa no podemos plantarnos en la cancha listos para jugar mientras los vemos padecer, es necesario ser respetuosos y sobretodo solidarios. Si les hicieron daño a los deportistas que son quienes hacen el espectáculo, debemos exigir seguridad para ellos, para que nuestra pasión siga, para que sigan existiendo esos rivales que hacen que podamos ver lo mejor de nuestros ídolos.


Todos, cada uno desde su posición, jugadores, entrenadores, dirigentes, hinchas, somos responsables de que las rivalidades sanas sigan y de cuidar a quienes viven las batallas y nos hacen disfrutar de ver grandes espectáculos.

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