lunes, 6 de mayo de 2013

Capsula Nutricional


Lic. Ana Lucia Loaiza C.
Nutricionista, dietista y esteticista

En edad escolar los niños crecen rápidamente y poseen necesidades altas de nutrientes. Una alimentación balanceada y variada es importante para su salud y para un correcto desarrollo físico e intelectual. Los buenos hábitos en la alimentación del niño pueden favorecer en rendimiento académico y disminuir el riesgo de enfermedades tanto en la niñez como en la edad adulta.

En esta etapa escolar los niños cambian su actitud frente a ciertos alimentos, en la cantidad que ingieren y establecen principalmente sus gustos y preferencias; por lo que es un periodo importante en el que se establece por un lado la base del comportamiento alimenticio y se ofrece la oportunidad de establecer buenos hábitos dietéticos que perduren para toda la vida. Es aquí donde los padres juegan un papel importante, para crear los buenos hábitos se debe empezar con dar el buen ejemplo en la mesa, evitar el consumo de comidas rápidas o chatarras, respetar los horarios de las comidas y enseñar a valorar lo sano y saludable.

Los colegios y escuelas también desempeñan un importante papel en la formación del niño. Es aquí donde los niños consumen sus colaciones de media mañana y muchas veces hasta el almuerzo. Sería un aporte importante a la salud de los niños en esta etapa si se impartiera educación nutricional y un controlado servicio de alimentación en las instituciones, muchas escuelas han establecido estándares sobre los alimentos permitidos y no permitidos; esta alternativa hace que de una u otra forma la alimentación sea más equilibrada. Sin embargo para complementar esta educación es importante que como padre o madre se preocupe por saber qué le dan de comer a sus hijos y si es nutricionalmente balanceado o no.

Los niños y niñas a esta edad crecen aproximadamente al mismo ritmo por lo que sus necesidades nutricionales son similares. Una alimentación correcta debe incluir alimentos ricos en energía, proteínas, vitamina A, yodo, hierro y calcio principalmente; para esto debemos incluir en las comidas: Carbohidratos como cereales, arroz, maíz, quinua, tubérculos, y panes. Gran cantidad de frutas frescas y verduras de diferentes colores (especialmente de hojas verde), incluir productos lácteos como leche, yogurt, queso y fuentes proteicas como carne, pescado y huevo. Agregar un poco de grasa a las comidas ya preparadas (más no freír o cocinar los alimentos con ellas) y asegurarnos que la cantidad de agua fresca que consuman sea suficiente.

Sin olvidar lo necesario que es que el niño realice tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) se deberá incluir dos colaciones importantes que son la media mañana y media tarde; las cuales constituyen una parte necesaria en la alimentación puesto que mantendrá al niño activo y con energía. Como opciones saludables para los refrigerios tenemos las frutas frescas, los lácteos bajos en grasas, los cereales, frutas secas, batidos, avenas o galletas saludables.

Si un niño o adolescente tiene hábitos alimentarios saludables sabrá en general hacer buenas elecciones en su alimentación. Sin embargo, el ambiente escolar puede reforzar en forma positiva o negativa dichas opciones. Si bien es responsabilidad de los padres el educar a sus hijos, también lo es de la sociedad el apoyar su labor y de los colegios el favorecer una mejor alimentación y una actividad física recreativa, disponible y atractiva. Recordemos que a partir del primer año de vida el niño se irá incorporando a la alimentación del hogar.

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