lunes, 8 de abril de 2013

Entrenamiento Mental














Psicóloga Deportiva Liza Portalanza



Padres en competencia

Este es uno de esos temas que yo llamo “temas pulpo”, tiene tantos tentáculos que es difícil decidir por donde empezar, pero en todo caso hay que empezar.

Todos los padres queremos que nuestros hijos triunfen en la vida. Y cuando son deportistas queremos que triunfen en su deporte. Sin embargo, no nos damos cuenta que nuestra ansiedad de triunfo puede ser la peor presión de competencia para ellos.

Para los chicos (dentro y fuera de los deportes) los padres representamos la “zona de seguridad” esa persona que cuando nos pasa algo puede darnos una palabra y hacernos sentir bien de nuevo. Sin embargo cuando están en competencia y los padres (padre o madre) quieren que ganen, esa “zona de confort” se vuelve zona de pesadilla y presión. Lo que hace que los chicos no tengan un lugar que les genere y les haga sentir tranquilidad, solo presión y más presión.

He visto madres y padres que en su afán de “mejor hacer”, empiezan a presionar desde la noche o día anterior a la competencia. Frases como: “ya tienes todo listo? Seguro? deja el uniforme (o ropa de competir) lista sobre tal silla. Seguro/a que eso te queda? Donde están tus zapatos? Que moño vas a usar? Tienes el bolso listo? Pusiste todo? Cuidado se te queda el repelente o bloqueador solar. Todo esto que he nombrado, normalmente se dice en menos de 15 minutos y se repite una y otra vez tormentosamente hasta que el chico se duerme y no puede escucharlo más, en el mejor de los casos. En el peor de los casos este interrogatorio va relleno de frases descalificantes y sentencias desalentadoras como: acuérdate que la otra vez se te quedaron y por eso perdiste el partido, hay tu siempre tan despistado/a. Si no tuvieras la cabeza pegada ya la hubieras perdido o se te quedaría también. Yo creo que tu estas en el deporte equivocado. Recuerda que el el/a entrenador/a dijo que no debías hacer eso porque te podía hacer perder. Todavía no te duermes? Tienes que estar descansado para mañana si no vas a estar cansado en la competencia y te va a ir mal.

Que los padres ayudemos a los hijos a ordenar sus cosas está bien, que creemos un ambiente de pre-ocupación previo a competencia es en contra de lo que estoy. La mejor forma para enseñarles a ser responsables de su previo a competencia seria: Iniciar la primera vez haciendo un check list de todo lo que necesita tener listo puede ser desde una semana antes que lo tenga por escrito. Las primeras veces decirle vamos a alistar tus cosas para mañana, saca tu check list y armemos el bolso. Luego de la tercera competencia (mas o menos) dejar que el chico/a lo empiece a hacer solo y permitir que se equivoque, es parte del aprendizaje. Si esto pasa, decirle revisa tu checklist y mira que paso. De ahí en adelante la única pregunta que debemos hacer es listo lo de tu check list?

Otro de los grandes problemas del previo a competencia es la alimentación y la hidratación. Algunos chicos no desayunan el día de la competencia y no tienen nada que ver la condición económica, simplemente como los nervios generalmente se manifiestan inhibiendo el apetito no desayunan, otros los mas adolecentes, duermen más de la cuenta y no se dan el tiempo para desayunar. Es muy importante que los padres tengamos claro la necesidad nutricional que requiere nuestro hijo para su competencia y deporte. Tampoco darles demasiada comida es bueno. Es necesario también cuidar mucho la hidratación, no todos los hidratantes son buenos para nuestros hijos. Jamás les permitamos tomar energizantés previo a competencia, lo mejor es que tomen agua.

Durante la competencia, y a veces durante los entrenamientos los padres nos volvemos Directores Técnicos, y como me lo dijo Andres Gómez alguna vez, lo peor es que creemos saber más que el D.T. Si elegimos un técnico por sus resultados debemos confiar en el y no contradecirlo y si creemos que sabemos más que el técnico, entrenémoslo nosotros. No hay nada peor para un deportista, su técnico y sus objetivos, que tener la intromisión del padre de familia. He visto padres hacer correcciones técnicas (algunos juegan peor que sus hijos), otros contradicen al técnico en media práctica o peor aun en medio juego. Otros no permiten que el técnico exija más porque están listos para justificar a su hijo o acogerlo como si el técnico fuera un ogro que lo trata mal (como si los rivales en competencia lo van a tratar bien y condescendientemente). Insisto en esto, si no le gusta el técnico de su hijo cámbielo de equipo o de lugar de entrenamiento, pero por favor no se meta.

Hay otra clase de padres que pueden ser la peor maldición para un deporte de equipo, los que hablan mal del técnico a sus espaldas durante la práctica para justificar los resultados de sus hijos. No solo dañan la reputación del técnico, sino que dañan la cohesión del equipo, a veces solo buscan generar chismes y peleas en el grupo. Si no le gusta los resultados obtenidos haga una evaluación de resultados y objetivos, marque nuevas metas y revíselas cada semana o mes a solas con el entrenador o con los dirigentes pertinentes.

Otro error terrible que puede cometer un padre es interferir para que su hijo/a gane, desgraciadamente no estamos exentos de la existencia de estos especímenes. Abordar al competidor de su hijo para “reclamar” un punto o simplemente para amedrentarlo es una de las acciones más bajas que un padre puede hacer. Y peor aun interferir con los dirigentes o jueces para darle algún tipo de ventaja a su hijo. Esto daña al deporte y la sana competencia, está en contra totalmente del fair play, enseña a su hijo los peores ejemplos y mata el deporte competitivo. Desgraciadamente lo he visto y los padres no nos damos cuenta que ese tipo de acciones generan terribles repercusiones, como que el hijo/a gane una clasificación mentirosa a un torneo internacional y cuando llega es aplastado por los competidores de los otros países, lo cual no solo repercute en la autoestima de su propio hijo/a y la imagen que tenga de su padre (madre) sino que deja en ridículo el nombre del país internacionalmente.

Una de las acciones que mas provoca deserción de los chicos es el reproche post-competencia. Como lo dije anteriormente los padres representamos esa zona de seguridad pero si nos dedicamos a reprochar todos los errores cometidos en competencia durante todos los días después de esta, estamos haciéndole un daño a nuestros hijos, hay que enseñarle que de los errores se aprende, que muchas veces el resultado de la competencia ha sido el resultado del entrenamiento (si entrenas a medias compites a medias) y permitirle que el /la sea el que diga en que debe mejorar o que pudo haber hecho mejor, esto marcara su nuevo ciclo de entrenamiento. Pero si reprochamos como dueños absolutos de la verdad y de las respuestas, creamos en el chico/a un rechazo y no le permitimos que mejore y que aprenda de los errores, lo cual en las etapas formativas es súper necesario.

Bueno como ven es un tema pulpo, tiene muchos tentáculos por donde abordarlo. Es importante que tengamos claro que nuestro estado de ánimo se contagiará a nuestros hijos/as en competencia, si queremos que estén tranquilos, mantengámonos tranquilos, si queremos que den más en competencia acostumbrémoslos a que den más en entrenamiento, si queremos que mejoren seamos un apoyo y no un peso.

Nos vemos próximamente.



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