lunes, 10 de diciembre de 2012

Capsula Nutricional














Lic. Ana Lucia Loaiza C.
Nutricionista, dietista y esteticista



MINERALES

Al igual que las vitaminas, los minerales son micronutrientes que no aportan energía a nuestro cuerpo pero son de gran importancia para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, ya que sin ellos no podríamos realizar las diversas funciones metabólicas que realizamos a diario, la síntesis de hormonas o elaboración de los tejidos.

Puesto que nuestro cuerpo no puede fabricarlos debemos obtenerlos mediante los alimentos. Según la dosis o cantidad necesaria podemos distinguir los macrominerales, denominados así porque tienen que ser aportados en mayor cantidad por la dieta o porque están en mayor proporción en los tejidos corporales: calcio, fósforo, magnesio, potasio, sodio y cloro, las funciones de estos están ligadas a la formación de hueso, regulación de los líquidos del cuerpo y secreciones digestivas. Otros como hierro, cinc, yodo, manganeso, selenio, cobre, y cromo, son también necesarios pero en menores cantidades por lo que se denominan microminerales; sus funciones están relacionadas con las reacciones bioquímicas, nos protegen de enfermedades, ayudan a reducir la fatiga y lograr un mejor estado mental y físico.

Una deficiencia de minerales puede llevarnos a diferentes enfermedades; por ejemplo durante el embarazo o durante la etapa de crecimiento en los niños la falta de calcio puede llevarnos a una osteoporosis en edad adulta, así como la deficiencia de cinc nos puede traer problemas con el sistema inmunitario la falta de magnesio y selenio pueden conducir a enfermedades cardíacas.

Es importante conocer las fuentes alimentarias que nos proveen minerales. Los productos lácteos son la principal fuente de calcio, también podemos encontrar una buena dosis en las sardinas, almendras y espinacas. Las carnes, pescados, leche, frutos secos, legumbres y cereales son ricos en fósforo; el hierro lo podemos encontrar en la carne, hígado, soja, lentejas, y avena. Alimentos ricos en sodio son los embutidos, alimentos curados, encurtidos, enlatados, y la sal común de mesa, los cuales deben ser consumidos con moderación, mientras que los alimentos bajos en sodio son las frutas, cereales, legumbres y semillas.

Para conseguir un correcto aporte de minerales en la dieta, es importante la alimentación variada (frutas, legumbres, proteínas y cereales). Sin embargo, hay que tener presente que algunos de los minerales son competitivos entre sí, es decir, a elevadas concentraciones unos pueden inhibir la absorción de otros como es el caso del calcio/hierro o fibra/hierro, que si son consumidos juntos impiden una correcta absorción a nivel intestinal.

Puesto que muchas veces el requerimiento mineral no es cubierto con la dieta, es necesario acudir a una suplementación o dosis extra de minerales. En diversas situaciones los suplementos o dietas altas en ciertos minerales son indispensables como en el caso de la anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropenica), dietas altas en calcio en casos como: patologías que cursan con mala absorción intestinal, osteoporosis, niños prematuros o con bajo peso al nacer; por el contrario puede darse también restricciones de minerales como en la litiasis renal y la insuficiencia renal crónica donde la dieta indicada es baja en calcio y fósforo.

Es por eso que es importante conocer las funciones y los beneficios de los alimentos, lo que nos permitirá entender que la salud está básicamente en nuestras manos y que depende de nosotros proponer una mejor calidad de vida.

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